Fue el único día del viaje en el que no tuvimos que madrugar. Así que nos despertamos sin alarma, desayunamos tranquilamente y volvimos al mar Muerto.
Como la temperatura era muy agradable, bajamos andando. En la playa casi no había turistas y comprobamos cómo el agua de la orilla era mucho más clara que en la tarde anterior, que casi habíamos llegado a la hora de cierre de la playa: 18:30h.
Así que nos pegamos un baño relajante y nos pusimos manos a la obra con el lodo, que lo puedes sacar de la orilla o de cubos en la playa. Hay un amable jordano, contratado por el hotel que rellena los cubos y, en nuestro caso, se llevó a nuestro compañero para darle un pequeño masaje mientras le cubría tanto de lodo que, al final, parecía nubio😀.
Eso sí, a las chicas a penas nos tocó. Como era simpático y le caímos bien, nos estuvo haciendo fotos de nuestros cuerpos embardunados de barro y luego en el mar haciéndonos los muertos...así que al final le dimos una propinilla.
Esa mañana sí funcionaban las duchas con lo que nos pudimos quitar el agua salada que el día anterior nos había molestado un poco ya que nos daba la sensación de estar aceitosos.
A las 12h teníamos que dejar la habitación, así que nos fuimos a la piscina a relajarnos y esperar que el bus nos viniese a buscar sobre las 14h para volver a Ammán.
Ammán
Nos alojamos en los mismos hoteles de la primera noche. En nuestro caso, el hotel Paradise.
La tarde era libre.
Nos habían aconsejado varios itinerarios:
- Centro de Ammán: Parlamento, Tribunal de Justicia, Gran Mezquita de Abdulá y luego, el Mall o también llamado Abdali Bolulevard.(una calle con tiendas y centros comerciales) y el
- Rainbow Street.
- Down town/Wadi Aman, mercado de objetos de segunda mano.
Salimos del hotel caminando hacia la Gran Mezquita, estábamos a unos 3km máximo o sea que fue un paseo agradable de unos 40 minutos. En realidad, está al lado del Mall así que la idea era hacer compras por esa zona al volver.
Política
Vimos el Palacio de Justicia que lo estaban restaurando y también el Parlamento jordano. Por lo que estuve hablando con algunos jordanos, la población elige a los diputados por votación. En esas votaciones hay dos elementos que se tienen en cuenta para la representación política de los jordanos: el elemento geográfico de los votantes y una pequeña cuota religiosa, de tal manera que, la mayoría del Parlamento está formado por políticos musulmanes, pero también hay representación de cristianos y otras minorías religiosas.
Cuando pregunté por la existencia de una Constitución como ley suprema del Estado, me preguntaron a su vez: Consti-qué? En fin, que estamos hablando de un país monárquico, en todas partes verás fotografías de los tres reyes de la familia: Hassan, Abdulá y el hijo. Y cierto es que el país disfruta de una gran tranquilidad y normalidad, tanto política como ciudadana, a pesar del entorno en el que está enclavado.
Jordania es un país de 10 millones de personas y, desgraciadamente, ha tenido que acoger en varios momentos a refugiados palestinos y, en los últimos años, a refugiados sirios lo que ha supuesto un duro golpe a su economía y un disgusto a su población. Parece que las cosas les van bien. Supongo que firmar tratados de paz con Israel y llevarse bien con EEUU, también es un plus. Aunque cuidado, tienen un vecino muy peligroso. Las cosas se pueden volver en su contra.
Dejamos al lado la política.
La visita a la Gran Mezquita me decepciona. Cuesta la entrada 2 dinares que se pagan en la tienda y donde las mujeres nos tenemos que vestir con una indumentaria específica que nos facilitan allí. Por lo demás, no merece la pena, no es la mezquita ni más bonita ni más grande que verás en tu vida. Pero los jordanos están muy orgullosos de ella.
Cuando nos dirigíamos a Abdali Boulevard, se produjo la desgracia del viaje. Una compañera tropezó con la elevada acera y al caerse, se rompió la muñeca.
En seguida aparecieron jordanos que nos ayudaron muchísimo. Llamaron a una ambulancia, limpiaron las heridas de la accidentada y esperaron con nosotros hasta que los paramédicos llegaron. Nos lo habían dicho, pero es verdad, los y las jordanas, son encantadoras.
Al final, pasamos la tarde en urgencias. El hospital era el Abdali, privado. Estábamos al lado. Nos trataron bien, fueron muy profesionales y nuestra compañera, acabó ingresando para pasar la noche y ser operada al día siguiente. El traumatólogo vino expresamente para ver la gravedad de la fractura y hablar con ella. Según nos dijeron es un gran profesional en todos los países del entorno.
Tuvimos que llamar al seguro para dar parte. Lo que me recuerda la importancia de contratar un buen seguro de viaje. Cuando era más joven, no lo hacía, pero ahora que soy más consciente y sobretodo en viajes largos o en viajes a países menos desarrollados que Europa, merece la pena.
Yo llevaba un seguro de IATI por 24€ y una buena cobertura médica por hospitalización y repatriación, además de lo habitual para casos de robo, hurto o pérdida, cancelaciones de vuelos que, si pagas el viaje con tarjeta de crédito ya tienes incluido estas coberturas. Yo, por deformación profesional, me gusta contratar una buena cobertura de defensa legal porque nunca sabes qué te van a meter en el bolso.
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