31 ago 2017

Grecia-Atenas y Aegina


Y por fin llegamos a Atenas (ciudad erigida por la Diosa Atenea, protectora de la ciudad) y comienza la aventura. En el aeropuerto, hay que caminar un laaaargo trecho para salir, la estación de tren se encuentra fuera del aeropuerto (sigues caminando) y cuando das con ella, primer choque linguístisco: no te enteras del mapa del metro. Consejo: todas las paradas llevan a la Plaza Syntagma.
Vista general de Atenas

La primera sensación que nos llevamos en Atenas es que estás en una ciudad sucia y avenjentada, triste, gris. Sin embargo, como otras grandes urbes del pasado, apenas la descubres un poco logras encontrar resquicios de épocas esplendorosas. Llama la atención que las aceras tengan baldosas amarillas, que puedes seguir cual Dorothy en el Mago de Oz. Y también es muy curioso que siempre que tomas alguna consumición en el bar, el camarero te sirve -sin pedirla-, una botella de agua fresquita y vasos, lo cual en el mes de julio era muy de agradecer.