24 dic 2012

Sicilia, una forma de vida


Siempre he tenido muchas ganas de conocer la isla de Sicilia y en mi fuero interno sabía que no sólo me iba a gustar sino que sus gentes iban a ser muy especiales. Es cierto que siempre me he sentido muy a gusto en Italia, el carácter abierto y la facilidad en la comunicación hacen mucho para que podamos entendernos. Sin embargo, en Sicilia lo he que visto ha sido como una vuelta al pasado, en el sentido de volver a observar costumbres que creía perdidas y una forma de actuar ante la vida, desinteresada, sincera y "a su manera".


 
Desde el momento en que me bajé del avión, tanto en el autobús como en la estación, la gente ya iniciaba una conversación conmigo, se quejaban, se reían de los retrasos, del tráfico, de las inconveniencias. En general, diría que los sicilianos sabedores de cómo funciona la vida, y de que poco pueden hacer para arreglar tanto desaguisado (corrupción, pasotismo), se ríen, disfrutan y siguen a lo suyo.
Estampas como vespas cargadas con hasta 3 ó 4 personas sin casco (obviamente), vehículos llenos de golpes y raspaduras debido a la horrorosa y más que peligrosa forma de conducir, pequeñas cestas que se utilizan para subir comida desde la calle hasta la vivienda. Puestos ambulantes de venta de fruta y verdura en esa especie de coche-moto-furgoneta, tan ágil y pequeña como compacta y manejable. Gente que siempre tiene algo agradable que decirte, que cuando conoce tu origen se le ilumina una sonrisa (una señora me invitaba a dormir en su casa al saber que soy española). 
Expresiones sicilianas que son idénticas al castellano, de repente se cuelan en una conversación en la que no entiendes nada y cuando las oyes, te quedas a cuadros.
La "Briscola a cinque" un juego de cartas típico siciliano, con variantes en los distintos "paeses" que se juega con una baraja igualica que la española (qué alegría, con lo poco que me gustan los tréboles, diamantes, etc, de la baraja anglosajona) y cuyo nombre recuerda mucho a un juego de cartas de aquí: la brisca. Aunque su sistema de puntuación y algún detalle menor es diferente, podríamos decir que es otra herencia más.
A pesar de que la situación económica no es buena en Sicilia, tiene la mayor tasa de paro de Italia, es muy cierto ese dicho del que menos tiene es el más generoso. En varias ocasiones me han invitado a la comida. Como aquel día en el mercado en el que un kilo de cebollas costaba 50 céntimos y yo sólo tenía 20€, y me las regalaron. O cuando comprando el pan para el desayuno del hostel, pedí el último trozo de pizza y no me la cobraron. Y digo yo, pero si tienes un negocio no puedes estar regalando comida!! Así no ganas!! A lo mejor soy yo la que está confundida, o a lo mejor es el sistema.
Sí, los precios en materia de comida, son increíbles, es súper barato. Además en Catania existe un mercado "La Fiera" en el que se puede comprar de todo, sí de todo: pescado, carne, hortalizas, ropa y cualquier cosa a precios bajos no, lo siguiente. Por ejemlo, la ropa. Kilos y kilos de ropa, alguna de segunda mano, pero la mayoría nueva se venden todos los días en este mercado por 0,50 o 1€ y algunas cosillas por 3 ó 5€. Se encuentra ropa de marca y en buen estado, vamos que se puede renovar el vestuario por 20€.
En Sicilia, la gente se siente siciliana, no Italiana. Para las cosas serias o para las más divertidas, se utiliza el dialecto. Cualquier comparación con Italia, ofende. Aquí se anima a los equipos locales (Catania o Palermo, gran rivalidad) y si es necesario, a los equipos del Sur.

Qué pasa con la Mafia. La Mafia es corrupción en su sentido literal y eso es algo que sigue existiendo, es la superioridad que alguien tiene frente a otro. Es el miedo, la presión. Así se hacen algunas cosas, pero claro cómo podemos juzgar a los sicilianos, nosotros de los países del Sur, cuando de lo que hablamos es de algo que los políticos siguen ejerciendo con total impunidad?.
Me comentaban que no creen en la política, porque Italia es un país que se caracteriza por tener unos políticos muy mayores y sin a penas recambios generacionales. Y eso agrava no sólo la corrupción sino la forma de hacer política: rancia, sin visión de futuro y a la antigua. Me decían que tener un coche en propiedad es carísimo porque el seguro cuesta como mínimo 700-800€ al año, sin embargo, es indispensable porque el sistema de transportes es muy malo (retrasos, impuntualidad, no se controla si la gente tiene billete o no). Claro, al final quien sale beneficiado son las empresas de seguros y de venta de coches y el Estado con los impuestos (gasolina, iva, etc) pero me lo ponían como ejemplo del pez que se muerde la cola, a cambio de invertir dinero público para beneficiar a la sociedad, se gasta y se dilapida en cosas menos interesantes.
Los sueldos son bajos por lo general, se paga muchas veces en B (nero), no se hacen contratos. Vaya, esto me suena...
En Catania por ejemplo, el tema de la limpieza de las calles y su conservación no existe, basura, colillas, y desorden es lo predominante, y aún se muestran orgullosos de las máquinas eléctricas que limpian las calles, como si se tratase de la última moda (me abstuve de comentar que en Oviedo se utilizan desde hace años).
Sin embargo, aunque estemos en el Sur, la apariencia física y la forma de vestir importan y mucho. Gafas de sol enormes, plumíferos, playeras de marca y bolsos de Louis Vuitton (qué marca más sosa y aburrida, no sé qué le ve la gente), pantalones súper ajustados para los chicos desde los jeans hasta los de chándal. Es una maravilla verles vestir y caminar. Apariencia, se pueden morir de hambre, pero bien vestidos. Esto es una máxima en toda Italia.
Y qué decir de la comida siciliana. Mmmm, qué rica!! Spaguettis a la norma, cannolo, cassatta son platos típicos de Catania. El arancino, el queso ricotta, pescado con la sardina, la carne de caballo, también. El vino, excelente y para terminar Sambuca, nuestro anís.


Qué ganas de volver para quedarme!!

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