4 dic 2012

Excursión al Etna


El volcán (La Montagna, como se refieren a ella por estos lares), es sin duda, una de las principales atracciones de Catania puesto que la ciudad se extiende desde la colina del Etna hasta la costa. Es decir, desde el primer momento se percibe cómo el volcán es una suerte de madre (mamma) para todos los habitantes de esta parte de la isla. Desde tiempos antiguos, el volcán ha sido como una guía o un faro indicador de la situación de la costa para los marineros como de la previsión meteorológica en función de las nubes que rodeaban su cumbre.


 

Y la verdad es que el Etna, es una montaña bellísima, que proporciona a la población más beneficios que problemas, aunque de vez en cuando siga dando algún que otro susto ya que aún es un volcán activo. La última gran erupción tuvo lugar en el 2008 aunque incluso el año pasado se pudo ver ríos de lava. Dentro de las bondades del volcán, está la particular riqueza de su tierra que es un abono perfecto para el cultivo de uva y otros vegetales gracias a las sales minerales que contiene la lava. Aparte del negocio turístico que supone la visita de casi 7000 personas en pleno verano, se incluye el negocio que supone la venta de la lava como material para la construcción.


Aunque la entrada al Parque Nacional del Etna se encuentra tras pasar Nicolosi (último pueblo y destruido en numerosas ocasiones por las erupciones), prácticamente desde que se abandona Catania y se comienza a ascender, ya podemos decir que nos encontramos en el Etna. El paisaje una vez entrado en el Parque, en pleno otoño, es espectacular. La carretera está rodeada de castañales y los colores típicos otoñales (amarillo, rojo, naranja) nos envuelven como el negro de la lava que se aprecia desde el primer momento, y no sólo porque la propia carretera y muros de la vía se hayan construido con este material.

El guía, geólogo y vulcanólogo, nos abruma durante la visita con información sobre el volcán y vulcanología, pero a mí me fascina todo lo que rodea a estos monstruos. Algunos datos que recuerdo: existen 7 super volcanes en todo el mundo y se llaman así por la cantidad de volumen de magma que pueden expulsar de una sola vez. Nos recuerda que el volcán de Stromboli y el Etna son hermanos, chico y chica, respectivamente. Que la zona este de Catania, gracias a la actividad volcánica, lleva años robando terreno al mar. De hecho se aprecia cómo el litoral costero es más liso y regular hacia el sur (a donde nunca ha llegado la lava) que en la zona norte de Catania cuya costa es más irregular.

Por cierto, me ha encantado este guía, recomiendo que contratéis la excursión con Etnaexperience, me han parecido unos grandes profesionales y la ruta, sencilla, termina con una degustación de vino y miel de la zona.

La diversidad de colores es increíble. Las zonas más oscuras o negras, significan que la lava es más reciente que en otras, donde es posible ver cómo han crecido árboles puesto que las erupciones que ocasionaron esas lavas pueden tener miles o cientos de años. Se observa también cómo hay zonas verdes en medio de un mar de lava, es una especie de oasis debido a un cambio en la corriente de aire, una perturbación en la tierra lo que supone que una pequeña isla se libre de la lava. En ocasiones, son las casas las que se libran de la quema mientras que la de al lado, se ve sepultada.

El último refugio-Piacenza- es un hotel restaurante que se encuentra a casi 2.000 metros de altura, hoy está rodeado de nieve puesto que la cumbre está nevada. Es espectacular. No hay que olvidar que también se esquía en el Etna, una de sus múltiples atracciones.


Intentamos alcanzar uno de los cráteres más cercanos, pero es imposible la fuerza del viento nos hace regresar al refugio. Me siento una exploradora sobretodo porque no estoy preparada para un día de viento y nieve.

A lo largo de la ascensión a la cumbre del Etna, se observan muchos cráteres, algunos se podrían confundir con colinas porque están cubiertas de vegetación y árboles, eso significa que son muy muy antiguas. En otras se cultiva vino y en la mayoría hay casas habitadas cerca, los lugareños se sienten muy orgullosos del volcán. A pesar de que las peores erupciones destruyen sus casas, la mayoría son reacios a abandonar esta particular zona.

Otra de las peculiaridades del volcán son las cuevas, estas grutas se han creado de forma natural debido a una erupción interna que ha expulsado el magma hacia el exterior. Visitamos una de ellas, de 150m de longitud, todas ellas están sin señalizar debido a su peligrosidad, es necesario entrar bien preparado con casco y linterna y algunas llegan a alcanzar varios kilómetros. La forma de la gruta es perfecta, es decir, la propia lava ha creado un agujero con una semicircunferencia que ya quisieran algunas máquinas. Se pueden ver los distintos niveles que alcanza el lava, que en su interior alcanza temperaturas tremendamente altas y que circula más rápido en la parte más baja que en la alta hasta que encuentra un agujero hacia el exterior o simplemente, explota.

Para finalizar la excursión, iniciamos una caminata por el bosque hasta encontrar un mirador hacia el espectacular Valle del Bove (Valle del Buey) una increíble extensión de lava de unos 8 km de longitud y 5 km de ancho, en la parte este de la cumbre y que se ha formado debido a las numerosas veces que la lava, empujada por el viento, se ha desplazado en esa dirección. A mí me ha recordado mucho a un glaciar, pero en negro. El guía nos contaba que es una zona verdaderamente peligrosa porque el terreno no es uniforme, en el interior hace mucho calor (recordemos que la última erupción en esta zona se produjo en el 2008), tampoco funciona el móvil ni la brújula y es muy fácil desorientarse, perderse y habitualmente no se va preparado con agua y comida necesaria.

Rescate de turistas. Como la entrada al Parque es libre, hasta principios del año que viene que será nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y existirán más medios para su protección. Hasta ahora, parece ser que la mayoría de los helicópteros y las medidas de seguridad que existen se utilizan más para rescatar turistas que para evitar desgracias en las erupciones. Como la de aquella chica española que en el 2005 decidió acampar a la vera de un cráter sin avisar a nadie de su presencia allí y desconociendo el peligro de su decisión. No se ha encontrado el cuerpo todavía.

Al finalizar, nos llevan a un pueblecito donde se puede degustar vino y miel de la zona, que están buenísimos

En definitiva, recomiendo esta excursión a todo el mundo, no es difícil porque la mayor parte del recorrido se hace en jeep, y la belleza y espectacularidad del Etna es una experiencia que ningún visitante en Sicilia debería perderse.



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