Nochevieja en Lisboa

Pasar el final de año en Lisboa, parecía una buena opción: temperatura agradable, buena comida, opciones de diversión y una preciosa ciudad que visitar.

Decidimos alojarnos en el Home Lisbon Hostel un albergue de mochileros ganador de premios al mejor hostel en los últimos años, y nada más entrar, entendimos el por qué: bonito, agradable y muy bien cuidado junto con un staff eficiente y atento hacen que la estancia sea como estar en casa. Además, se encuentra muy céntrico en el barrio de Baixo a pocos metros de la Praca do Rossio.

Grafitti del origen del Fado-Mourería-

Como no era nuestra primera visita a Lisboa y el objetivo era pasar la Nochevieja, decidimos hacer un tour por el barrio de la Alfama con la gente de Wild Walkers. 
El concepto es sencillo: te pasan a recoger por tu hostel, te enseñan la parte de la ciudad que corresponda a ese día, te explican algo de historia y anécdotas divertidas, y al final, haces una aportación económica según te haya gustado.

Mirador de Santa Luzia-Alfama-

Comenzamos en la Plaza del Rossio, paseamos por la Mourería donde visitamos el grafitti dedicado al Fado y a sus orígenes populares en las escaleras de San Cristóbal y de camino a lo alto de la Alfama nos detuvimos en el Mirador de Santa Lucia. Terminamos el tour entrando en las callejuelas empinadas de la Alfama, descendiendo desde los restos de su muralla hasta lo más profundo de este barrio estrecho y decadente, con el olor de las sardinas fritas de sus calles.
La sardina ese símbolo de Lisboa como el típico Gallo portugués o las camisetas con el número 7 de Cristiano Ronaldo.

Al terminar nos fuimos a la Praca do Comercio donde se estaba preparando la fiesta de fin de año, con un escenario para acoger los conciertos de medianoche en la plaza más grande de Europa.

Esa plaza fue destruida junto con el barrio de Alfama, en el terremoto de 1755 y me llamó la atención que el arco de la Vía Augusta que comienza en la Plaza del Comercio y termina en la Plaza del Rosio, se puede visitar como mirador.

Pastelaria Brasileira

Si estás en Lisboa, entonces tienes que entrar en una de sus Pastelarias, dulces (pasteis de Belem, son los más conocidos) y salados se alinean de tal manera que te costará elegir qué pedir, pero es un clásico como el bacalao o el vino verde.

Elevador Da Glória

Para la noche, nos quedamos en el hostel disfrutando de la gran cena de la Mamma (la madre del dueño del local) y tras celebrar el año español con conexión directa a la Puerta del Sol y comer las 12 uvitas, nos fuimos a la Plaza del Comercio para ver cómo los portugueses y turistas daban la bienvenida al año nuevo: una cuenta atrás en un videomarcador, seguido de 10 minutos de fuegos artificiales. Feliz Ano Novo!!

La noche lisboeta comenzó en el Cais do Sodré donde visitamos la Pensao de Amor, un antiguo y exitoso prostíbulo cercano al puerto, una visita a varias tascas del Bairro Alto (donde es posible fumar dentro, a pesar de las prohibiciones) y, para finalizar, nos aconsejaron visitar un Pub el Incógnito, un club de música indie que presume de ser uno de los garitos más de moda de Lisboa, no defrauda en absoluto.

Al día siguiente, ya que el cuerpo pedía calma, nos fuimos al Mirador de San Pedro de Alcántara al que puedes acceder en tranvía o subiendo por una empinadísima cuesta o bien, paseando por el Barrio Alto. Las vistas, cómo no, son impresionantes.

Mirador San Pedro de Alcántara

Una de las sorpresas fue la visita al Mercado da Ribeira en la zona de Cais do Sodre, bajo la estructura de un antiguo mercado se esconden diferentes locales de comida, desde portuguesa, asiática e italiana, hasta las hamburguesas clásicas y las tostas. En el centro del mercado hay varias hileras de mesas donde puedes sentarte para comer en un concepto de "mesa comunal" todo ello a un precio módico pero con estilo.