25 abr 2025

Día 5. Wadi Rum, Mar Rojo (Áqaba) y Mar Muerto

La mañana del viernes nos despedimos del campamento en el desierto después de haber comido unas cuantas y riquísimas tortitas. La vida del turista es muy dura a veces, ¿no os parece?😜

Y ponemos rumbo al sur sur de Jordania, a la ciudad de Áqaba que es el único punto en el que el país toca costa en el Mar Rojo, que ya de por sí, es muy sugerente para todos ya que de sobra es conocida su belleza y riqueza en corales y peces, a parte del lado histórico y bíblico.

Estamos muy cerquita, serán unos 60 km, aproximadamente. En principio, no estaba incluido en el viaje, pero todos hemos estado de acuerdo y por 30 dinares, hacemos la excursión.

Mar Rojo

La verdad es que es una visita relámpago porque se trata de coger un barquito, navegar por la costa jordana unas millas, tomar un baño y vuelta, pero menos da una piedra. No nos da tiempo a ver la ciudad que tiene buena pinta. Ciudad costera, con algo de historia pues en el puerto se puede ver un antiguo castillo de la época otomana que fue un punto estratégico turco durante la I Guerra Mundial.

Podemos ver, al lado del puerto, una enorme bandera ondeante que es la de la Revolución Árabe, bastante desconocida según nuestro guía. Y está a media asta. Por la muerte del Papa Francisco. Los problemas en esta zona del mundo no son por religión, llevan siglos conviviendo cristianos, judíos y musulmanes. Los problemas son por la tierra.

Bandera de la revolución árabe

Nos acercamos al barco. Ya hay mucha gente por la zona. Es viernes y es día festivo.

Las dos horas que pasamos en el barco nos pasan en un santiamén, porque disfrutamos con las vistas: A un lado, Arabia Saudí, al otro, la ciudad de Eliat (Israel) como colonia ocupante en el Estado Palestino y también, vemos la frontera con Egipto delimitada por una colina y un hotel.

Como el casco del barco es transparente, podemos ver con claridad el abundante fondo marino, lleno de corales de todos los colores y alguna que otra (enorme) medusa.

Coral

Nos ofrecen darnos un baño. Son las 9 de la mañana, hace un frío que pela y bastante aire, pero una que es del norte y acostumbrada al Mar Cantábrico, no deja pasar esta oportunidad.💙💖

Con las energías renovadas por el baño y los bailes que nos echamos en los barcos, mitad árabes y mitad regaetton, nos dirigimos al Mar Muerto.


Antes, paramos a recoger unos bocatas de falafel y alguna chuchería que será nuestra comida del día. No tiene mala pinta Áqaba, apetece darse una vuelta por la ciudad. Para la próxima.

Intercambio de bananas. Interior de autobús.

Nos esperan más de 3 horas de autobús, por un paisaje peculiar. Vamos a ir por una carretera en el filo de dos países, Jordania y Palestina (sí, me niego a reconocer al estado ocupante y genocida de Israel, que no lo digo yo sino la ONU y la CPI). Nos movemos por un valle que se enclava entre dos cordilleras, una es donde se encuentra Petra, Monte Nebo y la otra, es en Palestina donde están las ciudades de Hebrón, Jerusalén, Belén o Nablus.

Si os gusta la historia y la geografía esta zona es, sencillamente, espectacular.

Ya llevamos unas horas de viaje y la carretera se llena de curvas y es que estamos rodeando las salinas del Mar Muerto. A continuación vemos el origen sur de este lago interior. ¡¡Es flipante!!

Literalmente el inicio del mar Muerto

La historia del Mar Muerto 

Es el punto más bajo de la tierra pues se encuentra a -435m sobre el nivel del mar. Tiene unos 80km de largo y 16 de ancho. Está enclavado entre Palestina y Jordania. En realidad, no es un mar sino un lago interior, técnicamente, se llama cuenca endorreica, es decir, que no hay salidas. 

Se nutre de las aguas del río Jordán, que a su vez se nutre de tres afluentes Hasbani, Dan y Banias que nacen al norte de Palestina y en la frontera con Siria. El Jordán desciende, pasa por el Lago Tiberiades o también llamado Mar de Galilea y su curso termina en el mar Muerto.

La principal característica es su elevada sal lo que hace que no puedas nadar, sino flotar. Tiene, además, muchos minerales: potasa, bromuro, sal y yeso. 

Vista del mar Muerto desde el hotel

Debido al cambio climático el nivel del agua se reduce 1 metro al año y las tierras ribereñas se hunden 15 cm al año.

En cuanto al clima, es desértico con mucho calor durante todo el año. Promedio de 30º.

Ahora se llama mar Muerto, pero en la antigüedad se le conocía como lago Asphaltites por los griegos.

Llegamos al hotel. 

Nos vamos a darnos un baño, hay que caminar unos diez minutos o coger un autobús destartalado del hotel. La temperatura es más que agradable y nos apetece estirar las piernas.


Flotación

La densidad del agua nos sorprende. Provoca un efecto raro. No conviene mojarse la cara ni el pelo pues su salinidad nos va a irritar los ojos. Lo digo por experiencia. Nos echamos barro por el cuerpo. Es una experiencia divertida. Lo mejor es que nos deja la piel como el culito de un bebé😀.

Atardecer en el mar Muerto

Volvemos al hotel, toca cenar y descansar. El día ha sido largo.

La sorpresa de la noche que, ya nos había advertido el guía: "si la noche está despejada, se pueden ver las luces de Jerusalén...." Y vaya si las vimos. Las de Jerusalén y las de Jericó, probablemente, vimos más ciudades y pueblos palestinos, quizás Belén, pero no estoy segura.

Jerusalén y Jericó (abajo a la derecha)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario!!