18 mar 2018

Oaxaca I

 Y en Oaxaca llegó la alegria...

Mezcal
El tiempo de viaje entre Puebla y Oaxaca, es de cinco horas. A punto de llegar a Oaxaca, comenzamos a oir llamadas de teléfono de los pasajeros con preguntas sobre si estaban bien y si había causado algún daño, así que preguntamos y, efectivamente, hubo un terremoto, de 7'2 grados.

No nos enteramos de nada....Menos mal!!

Llegamos la tarde-noche del viernes, tras alojarnos en el hotel Parador San Agustin,  y explicarnos cómo actuar en caso de sismo, salimos a dar una vuelta por la ciudad. Para empezar nuestro hotel estaba en una calle cortada, pues al lado hay un edificio con el Sindicato 22 cuyas puertas siempre están abiertas y tienen stands en la calle. No nos enteramos muy bien qué defienden, pero ahí están.




Mercado 20 de noviembre
En el Zócalo, centro de la ciudad, había muchísimo movimiento, pues era viernes y había concierto de órgano en la Catedral y conciertos en la calle, ya que todavía se estaba celebrando el Día del amor y la amistad. Así que contagiadas de la alegría y la fiesta, cenamos unas hamburguesas de uno de los numerosos puestos callejeros y nos sentamos a escuchar la música y ¡bailar!, que el baile típico de Oaxaca, es una pasada!

Los músicos, cantaban canciones populares mejicanas y oaxaqueñas, y en una de estas, preguntaron qué personas venían de fuera. Al gritar "España", llegaron incluso a aplaudirnos y nos recibieron con mucha alegría y amabilidad. La verdad, es que yo pensé que "el yugo español" nos iba a pasar factura, pero al contrario...nos tienen muchísimo cariño.

Al final, y para terminar la noche, nos fuimos a tomar Mezcal, bebida típica de Oaxaca, al no menos famoso "Casa del Mezcal" donde tomamos varios chupitos de diferentes botellas. Cuidado!! Es muy fuerte y no sabe nada bien!!

Al día siguiente, seguimos recorriendo la ciudad, que vuelve a ser un entramado perfecto de calles en damero con multitud de tiendas. En el Zócalo, se ven tiendas de campaña donde viven indígenas, con reivindicaciones sobre poblados que han sido desalojados de sus viviendas, con muertos, no sabemos muy bien porqué, pero culpan al Gobierno y a caciques locales. Para mantenerse tienen puestos de ropa y souvernirs bajo el Ayuntamiento o en la propia plaza.

Explanada de Monte Albán
Decidimos contratar una excursión para ir a Monte Albán, porque descubrimos que salía más barata que tomando el autobús público, así que sin comer y con toda la "solana" nos fuimos a visitar las ruinas arqueológicas.

Fue creada por los Zapotecos, y es una de las ciudades más importantes de su época, que llegó a tener 35.000 habitantes. Aunque en el recinto solo vivían los sacerdotes y la nobleza. Está en lo alto de una montaña, y parece que tiene carácter defensivo, las ruinas están bastante bien conservadas, aunque no hay demasiados relieves, ni tallas ni, por supuesto, restos de estuco. Aún así, el sitio es espectacular, cuenta con un pequeño campo de Juego de la Pelota y dos pirámides más grandes en el Norte y el Sur. Podemos ver un Observatorio, con forma de punta de flecha y un Palacio en la zona Sur

Explanada desde el Sur
Subir a una pirámide, de lado que no de frente pues estarías desafiando a los Dioses, y llegar a la cima, sentir el viento en la cara, ver la planicie y escuchar el silencio, produce un efecto especial en el cuerpo. De verdad, probadlo, sentaros un rato en la cima de una pirámide y dejaros llevar. Cerrad los ojos y tratad  de pensar cómo vivía esta gente.

Después de ver todas y cada una de las piedras (es broma, pero somos muy cansinas) y nos dieron las 17h, que es la hora del cierre, volvimos a la salida, donde nos esperaban muchísimos locales vendiendo, fundamentalmente, collares y pulseras hechas con todo tipo de piedras preciosas: rubí, lapislázuli, turquesa, jade, amatista y lo mejor de todo: súper barato!! En serio, manualidades y buena materia prima, que aquí costaría bastante dinero y allí, que ya es barato, si no te interesa, te la rebajan sin negociar nada.

Por la noche, nos fuimos a cenar al Restaurante Hipocampo, que era un sitio que leímos en la guía, muy típico y con una especialidad llamadas "Tortas", como un bocata relleno. Yo pedí el Oaxaqueño con carne de pollo, marinada y res con chorizo y queso. Buenísima.

Torta
Un poquito de música en el Zócalo y al Hotel, al día siguiente teníamos contratada una excursión a Hierve el Agua.







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