Al llegar a la Gare du Train, nos
decidimos por un autobús para acercarnos a la ciudad vieja, las
líneas 8, 24 y 36 (4DH) pasan muy cerca de la plaza Djemaa El Fna y allí
nos bajamos, sin embargo, nuestro riad estaba muy adentro de la
Medina por lo que aún tuvimos que coger un taxi que nos dió una
vuelta tremenda para acercarnos un poquito más, por la módica
cantidad de 50DH, también disfrutamos de un guía local que nos
acompañó hasta el Riad a cambio de dinero. Supongo que fuimos unas
“pringadas” que pagamos la novatada de la primera vez en
Marruecos y en Marrakech.
Riad Oulaya |
Los problemas continuaron al llegar al
Riad pues no había sitio, problemas con la reserva y al ser día 30
la ciudad estaba casi al completo. Finalmente, nos ayudaron a
encontrar un Riad precioso, muy cerca de la Gran Plaza que por un
precio aceptable aunque con un recepcionista bastante borde, nos
alegró el día. Se llama el Riad Oulaya por 400DH habitación doble.
Ese día todavía debía darnos más
sorpresas negativas como la insistencia de un marroquí para
llevarnos a un mercadillo de cuero, tras unos minutos detrás de él
y tras abandonar los laberintos de la Medina, acabamos por dejarlo
escuchando unos bonitos cumplidos por su parte y quedando un poco
hartas de la “sociabilidad” marroquí.
Plaza Djemaal el Fna |
Lo único que mereció la pena en
nuestro accidentado primer día, fue el atardecer en la plaza El Fna,
desde la terraza de la cafetería Alhambra, absolutamente
espectacular. En ese momento, las 6 de la tarde, la plaza era un
auténtico hervidero de turistas, locales, vendedores, músicos,
malabaristas, cobras, vendedores de zumo, bereberes, mujeres con la
henna, etc etc
Cenamos una pizza y para el Riad, al
día siguiente partíamos hacia Zagora
Atardecer sobre la mezquita Koutobia |
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