28 sept 2018

Ruta costera sur, día 3



Tercer día en la isla, esta jornada tocaba la zona sur, con un recorrido a lo largo y ancho de la costa islandesa, qué ganas!!
Amaneció el día tranquilo, aunque teniendo en cuenta que estamos al lado de un enorme glaciar y las nubes amenazantes sobre el mar, no presagiaban nada bueno..




Menos mal que somos asturianas y de lluvia, sabemos un rato!! He tenido un olfato maravilloso para aventurar que se iba a poner a llover, y oye, nos daba el tiempo justo para meternos en la furgo y empezaba a descargar... pues así fue todo el día!

Avión accidentado en la playa de Sólheimasandur
Salimos de la cascada de Seljalandsfoss, después de la aventura norteamericana de ayer, y a pesar del GPS, de las indicaciones y de la media hora que había pasado, el caso es que nos pasamos la entrada Skógafoss y llegamos a un párking lleno de coches. Al bajar, vimos que era la zona del avión accidentado, la playa de Sólheimasandur, y nos apeteció meternos a caminar por la enorme extensión de tierra negra que se extendía a la derecha, a la izquierda y de frente, hasta el mar.

Foto típica en Skógafoss

¿Para qué nos íbamos a parar a ver que se tardaban 7 km en hacer el recorrido ida/vuelta completa? Parecía el Corte InglésVaya, pero vaya paseo tan bonito....la zona es preciosa, qué tranquilidad! qué pequeña te sientes rodeada de tanta belleza y tantos kilómetros cuadrados de negrura!!!. Cuando llegamos al avión, lleno de turistas y de cámaras y móviles, yo me quedé haciendo alguna llamada de curro y mi colega, se acercó hasta la playa.

Volvimos por donde habíamos venido y retrocedimos hasta la Cascada de Skógafos. Para muchos, una de las más bonitas de Islandia, tiene una caida de agua de 60m, la podemos observar desde abajo o subir los 422 escalones hasta el mirador desde donde veréis la tromba de agua caer.

Aquí hay un camping para furgos y autocaravanas.


Inmensidad de playa
Volvemos a tomar rumbo sur, esta vez hasta Dyrholaey, es una península o cabo con un faro incluido, desde el que las vistas son impresionantes. Mires hacia donde mires. Al sur, el mar inmenso, al norte el glaciar (si lo ves, por la niebla), al oeste, la enorme playa del avión y al este, la playa de Reynisfjara y los Trolls.
Por supuesto, la foto típica es la enorme roca con agujeros y que cada uno con su imaginación, piense qué forma tiene.


Dyrhólaey
 Otra foto habitual, esta vez, si miras hacia el este con vistas a la playa de Reynisfjara y sus famosísimos trolls (rocas) detrás de las cuales, se encuentra el pueblecito de Vik. Aquí vimos una ballena varada cerca de la costa y un par de focas juguetonas😀


Vistas desde Dyrhólaey al este
En este sitio, por vez primera, nos pusimos a comer al aire libre. Montamos el chiringuito y nos metimos una lata de lentejas que nos supo a gloria, aunque casi nos empapizamos al ver a la policía y el temor a que unos vikingos con pistola nos dijesen que C'est fini!

La lluvía nos devolvió a la realidad y cogimos el coche en dirección a la famosísima playa negra, está todo muy cerca, en unos 20 minutos llegamos. Aquello fue la zona 🔝🔝🔝 de nuestra visita. Coches y coches y coches en el aparcamiento, casi no había sitio donde aparcar.


Meditando en Reynisfjara

Llegamos a la playa y empezamos a flipar......
Lo primero, es sorprendente la negrura de la arena, que en realidad son pequeñas piedrecitas volcánicas, el ruido tan delicado que escuchas al caminar, el contraste del mar sobre la arena. Mar que te asusta y asombra pues hay muchos carteles que prohíben a los turistas acercarse a hacer fotografías, las olas son traidoras y te pueden llevar y desaparecerías para siempre...

Escanciando en el basalto
Es tan grande y ancha que aunque está llena de gente, puedes estar a tu bola. Lo siguiente es acercarte hasta las columnas basálticas en la base de la montaña Reynisfjall. Este sitio es un fotón en sí mismo, las columnas son perfectas, yo jamás he visto nada igual!!

La arena!!
Si sigues caminando, te encuentras con una cueva cuyo techo (accesible) te permite tocar el basalto y admirar la perfección de sus líneas. Continúas andando y te acercas hasta los Trolls (Skessudrangar, Landdrangar y Langhamra) que son tres enormes rocas de unos 65m de altura, también de formación volcánica. Se cuenta que eran tres malvados trolls que salieron de noche y estuvieron arrastrando un barco hasta la orilla, la salida del sol les sorprendió y quedaron petrificados para siempre.

Tras esta visita, tomamos rumbo este y pasamos por Vik, allí paramos en un centro comercial y nos tomamos un café. He de decir que las mejores vistas de los Trolls están aquí, pero pasan desapercibidos.

Mosaico de iglesia
Nuestro destino final, a una hora de distancia, era el pueblo de Kirkjubæjarklaustur, vale. Al final te acostumbras a estos nombres tan largos e impronunciables. Todo lo que empiece por Kirk significa iglesia y con ese mote, ya resulta más fácil acordarse. Este sitio es famoso por unas piedras/rocas basálticas que están a las afueras y parecen el suelo mosaico de una iglesia.


No están señalizadas y nos costó mucho encontrarlas, además, estaba anocheciendo. Tras preguntar a varias personas, tomamos un camino estrecho y tras cruzar un pequeño puente, hay un aparcamiento y una valla. Hay que entrar por allí, subes unos 200m y las encuentras. Alguna hay con diez lados, a ver si la encuentras!!

Vimos muchas caravanas y furgonetas y es que al lado, hay una zona de acampada gratuita con servicios como cocina y baños, así que nos quedamos allí a pasar la noche. Estábamos al lado de una pequeña, pero hermosa catarata... como todas en Islandia!!


Para mí fue uno de los días más espectaculares de la ruta.
 
Playa negra













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