23 abr 2018

Chichén Itzá

Aro e inscripciones debajo
Continuamos la visita entusiasmadas...Hace mucho calor, son las 2 de la tarde, pero hay algún puesto con bebidas aunque la mayoría son venta ambulante de souvernirs.

Nos vamos al Campo del Juego de la Pelota, que es el mayor del mundo mesoamericano. Tiene 168m de largo, con dos muros de 12 m. Nos flipa mucho, pero no soportamos el calor, así que nos sentamos un rato.. y tenemos la suerte de escuchar a un guía español que nos aclara muchísimo lo que estamos viendo.

El Juego de la Pelota era la principal competición "deportiva" en el mundo maya, pero quienes jugaban eran sacerdotes, ya que el objetivo del juego era agradar a los Dioses. Se trataba de hacer pasar un balón (de caucho y piel, de unos 2-3kg, casi nada) por un aro colocado en los laterales. Parece fácil, si no se tiene en cuenta el peso de la pelota, sin embargo, para darle más emoción, no se podía utilizar las manos, sino solo las rodillas, caderas y hombros. ¿Cómo lo vemos ahora?



Templo del Jaguar y el Castillo, al fondo.

El partido terminaba cuando uno de los equipos lograba pasar la pelota por el aro, si solamente se tocaba, se ganaba un punto y si la pelota salía del terreno de juego, el equipo lanzador, perdía.

Ahora bien, ¿Qué pasaba con quien perdía? Como el juego era una ofrenda a los Dioses, el capitán del equipo perdedor era sacrificado por el capitán del equipo ganador. Lo más sorprendente de todo, es que estas vicisitudes del juego se conocen gracias a las inscripciones que se esculpían en la piedra en el propio campo: zona central y las laterales en las esquinas. Es realmente emocionante ver a los 7 jugadores de cada equipo, ricamente ataviados con plumas y con su capitán al frente, de rodillas si ha perdido y al capitán del equipo vencedor con un cuchillo en la mano, a punto de cortar el cuello de su oponente.
A solas cual guerrera
Una vez concluído el sacrificio, ¿Qué pasaba con el Capitán del equipo vencedor? Pues probablemente, también se ofrecía a los Dioses, la vida no era más que un paso hacia la muerte.

En los laterales, se observan las gradas donde la nobleza contemplaba el juego, está el Templo del Jaguar, donde se situaba el gobernador y en su parte posterior hay una cámara con representaciones de guerreros, sacerdotes, animales y plantas acuáticas.

Cenote Sagrado
Nos vamos al Cenote Sagrado, siguiendo el camino empedrado que aún se conserva y fue construído también por los mayas. Aquí los mayas ofrecían sacrificios al Dios de la lluvia (Chaac) para tenerle contento, presumiblemente, entregaban a niños, doncellas o guerreros prisioneros para calmar la sed del Dios. Es de una profundidad de 24m y es un hollo perfecto en la tierra, motivada por la porosidad de la misma. Quién lo descubrió, un americano a principios del sº XX, extrajo miles de objetos de los que no se tienen constancia pues más bien se trató de un expolio.

Templo de los Guerreros y las Mil Columnas
Templo de los Guerreros y de las Mil Columnas (son 200 en realidad), espectacular edificio con forma de pirámide de 40m de lado, y miles de columnas que simbolizan a los más fuertes y nobles guerreros mayas marchando con aire militar de este a oeste, tras una victoria. Aún se pueden ver las caras de algunos hombres y también mujeres. No se puede acceder a esta zona del recinto. También hay una figura de Chaac Mol, que es una estatua de un hombre acostado con un plato en el vientre, es la traducción de Jaguar Rojo.

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