1 abr 2018

San Cristóbal de las Casas

Era la parte más complicada del viaje.

Catedral de San Cristóbal de las Casas
Habíamos comprado un vuelo desde Oaxaca a Tuxla Gutiérrez (Capital del Estado de Chiapas), porque la distancia en carretera así lo aconsejaba. Sin embargo, la compañía (desconocida en México y con un servicio pésimo, TAR Aerolíneas) canceló el vuelo a última hora y aún seguimos esperando el reembolso del dinero.

Así que no quedó más remedio que hacer el trayecto en carretera. Sic. 12h en autobús. Lo tomamos por la noche, y la verdad es que pasó rápido, casi toda la noche durmiendo. Menos mal, porque la carretera atravesaba el itsmo y tiene unas curvas de escándalo.




De modo que llegamos a San Cristóbal a las 10 de la mañana y tras dejar las maletas en el Hostel Planet, nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad. Un poco muertas de cansancio, todo hay que 
Iglesia de Santo Domingo
decirlo. La primera impresión fue muy buena, la ciudad está 2.200m de altura, y nos habían advertido del frio que hace por esos lares. En seguida nos dimos cuenta de que es un lugar especial, porque hay mucha población indígena, que son fácilmente reconocibles por ser bajitos, pelo negro azabache, y rasgos peculiares como nariz muy ancha. No son muy extrovertidos ni sociables. En segundo lugar, hay mucho europeo jovencito buscando marcha o colaborando en alguna ONG local. En cualquier caso, entre lo auténtico del pueblo, y los visitantes "perroflautas", el colorido es indiscutible.

El 34% de la población en Chiapas es indígena, se siguen hablando hasta ocho dialectos mayas, dentro de los cuales destaca el Tzotzil y Tzeltal. Evidentemente, es uno de los estados más pobres en México, eminentemente agrícola, así que no es de extrañar que el movimiento Zapatista, con el Subcomandante Marcos, haya tenido (y siga teniendo) tanta trascendencia.


Andador turístico
Tomamos el andador turístico, que está a tope de bares, restaurantes y tiendas de souvenirs, entre las que destaca, la que vende recuerdos zapatistas. Y llegamos al Zócalo y a la plaza de la Catedral. Seguimos caminando dirección Iglesia de Santo Domingo, que tiene una fachada preciosa,  y donde se encuentra también el mercadillo de Santo Domingo, más famoso de la ciudad, con artesanía increíble, y a precios de locura.

Fuimos a visitar el museo Na Bolom (Casa de Jaguar), hacienda original de una excéntrica pareja de europeos, que contibuyeron con su trabajo a conocer y potenciar la cultura Lacandona, que son indígenas que habitan en la Selva Lacandona, que está al este del estado de Chiapas lindando con Guatemala. Tras su muerte, la casa se convirtió en museo y en alojamiento privado para turistas. Precioso lugar.

Como estábamos en la zona alta de la ciudad, nuestras últimas fuerzas del día, fueron dedicadas a subir las escaleras para ascender a la Iglesia de la Virgen de Guadalupe, desde la que vimos el atardecer y una fantástica panorámica de San Cristóbal y las montañas de alrededor.

Subida a la Iglesia Virgen de Guadalupe

 Y tras un largo día, continuación de una larga noche de viaje, nos fuimos a dormir.

Zócalo y plaza de la Catedral












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