Chichicastenango

Visitar "Chichi" y su famoso mercadillo, también era uno de los hitos del viaje y yo estaba realmente emocionada ante la expectativa de realizar todas o casi todas las compras allí.

Así que a las 8am nos recogen en el hotel de San Juan para iniciar un viaje de curvas hasta San Marcos donde se sumaron otros turistas y vuelta a subir la montaña (la carretera es peligrosa, llena de curvas y con un desnivel que ya quisiera L'Angliru). Total, que nos lleva un poco más de dos horas llegar a Chichi. Las carreteras en Guate son regionales, están en buen estado, pero hay mucha subida/bajada y atraviesan pueblos constantemente donde hay que estar frenando cada poco por los túmulos (elevaciones del asfalto).

colectivo

Una vez allí, lo primero que hacemos es tomar una café, en un coqueto local que encontramos nada más entrar al mercadillo.

Mercado de Chichicastenango

Se celebra todos los jueves y domingos del año, es el momento en que la gente local y de los pueblos de alrededor, ponen sus puestos de comida o de artesanía, textil, cerámica, etc.

Mercado de Chichicastenango

Es un mercado bullicioso, no demasiado lleno de turistas y por el que transitas sin agobio. En cuanto a productos de artesanía, me defrauda un poco porque lo que hay es siempre lo mismo: huipiles y faldas para guatemaltecos (no para comprar y regalar), máscaras mayas de madera, flautas, imanes, bolígrafos, etc

Fajas

Telas

Pero lo que más sorprende son los puestos de comida porque, por un lado, te vas a encontrar con carnicerías y marranos abiertos de par en par (aquí no existe la normativa sanitaria europea), gallos, gallinas, a la venta y puestos de fruta de miles de colores, alguna que otra, totalmente desconocida para nosotras. Los frutos secos y las especias, también nos llaman la atención.

Fruta

Camarones

De repente, llegas a una plaza. Huele a algo raro. Hay una iglesia blanca con escaleras llenas de gente vendiendo flores. También una especie de altar donde está quemando algo (de ahí viene el olor). 

Ritual maya

Y preguntamos qué pasa. Resulta que en toda Guate se siguen manteniendo costumbres mayas, mezcladas con rituales cristianos y, es habitual que hagan ofrendas para pedir algo concreto. Por ejemplo, nos explicaron que se pueden realizar rituales para pedir que el viaje a Estados Unidos de aquellos que quieren encontrar un futuro mejor, salga bien.

Iglesia Santo Tomás

Entrada a la iglesia

Subimos las escaleras para ver el interior de la Iglesia de Santo Tomás y flipamos. Lo que vemos es una iglesia muy colorida, con telas a ambos lados de los bancos, con gente rezando de rodillas de camino al altar o gente sentada en el suelo y poniendo velas al tiempo que reza. Es una imagen parecida a lo visto en San Juan Chamula (Chiapas-México) donde también se mantienen los rituales mayas. Lo más extraordinario es ver que la gente (mujeres, niños, hombres) cuando llega al altar y regresa no se da la vuelta y no da la espalda a la cabecera.

Rezos

En fin, nos quedamos un rato viendo la escena con todo el respeto porque el sitio lo merece.

Salimos por un lateral para dar al claustro, aquí si hay muchos grupos de turistas. Después, nos enteramos de que en esta iglesia había nacido el libro sagrado de los mayas (El Popol Vuh). Pues resulta que, el manuscrito original fue recibido por Fray Francisco Ximénez en el sº XVIII y tradujo las leyendas de la comunidad quiché al castellano.

Con la tontería ya era la una del mediodía y el regreso estaba pactado a las dos. Y por sorpresa, nos encontramos con una cantina. Dado que ya era la hora del vermú, hicimos una parada técnica para hidratarnos, en un bar-chigre tan viejo como espectacular y con una parroquia tan joven y borracha como intuís😋

Cantina

Interior cantina

Ya poco nos quedaba por ver y también habíamos comprado de todo, así que nos fuimos al parking.

A la vuelta, como el colectivo pasaba por San Marcos, decidimos parar y ver el pueblo para después tomar una lancha a San Juan. El pueblo es encantador pues tiene fama de ser el más ecológico y refugio de amantes del yoga y la meditación. Así que está lleno de locales de masajes y de hoteles monísimos para disfrutar de la tranquilidad de este paraje. Dimos una vuelta por los senderos que bordean el lago, donde está el famoso trampolín desde el que puedes lanzarte para tomar un baño.

Calle de San Marcos

Embarcadero de San Marcos

Como el día había sido bastante intenso, decidimos comprar la cena y tomarla en la terraza de nuestro alojamiento, mientras se ponía a llover fuertemente y, por unos minutos, hasta se fue la luz.