10 abr 2024

Día 3, Edfú-Kom Ombo-Asuán

Salimos pronto del barco, as usual y nos están esperando unas calesas para hacer el recorrido hasta el templo. Hay que dar de comer a los locales y también dotar al turista de recuerdos inolvidables.

2 turistas despistadas
 

Aunque el personal (chofer, camareros, guías, etc) está incluido en la propina de 75€ que tenemos que pagar y nuestro guía reparte, lo cierto es que cualquiera que se acerca a nosotras, pide propina. Como el cochero de la calesa que, a cambio de hacernos fotos o ponernos el pañuelo, estira la mano para cazar algún euro.

 
4 turistas despistados en calesa
 
El Templo de Horus es una edificación muy bien conservada (la mejor de Egipto) y bonito. Fue dedicado al dios halcón Horus, en el año 237 aC, por Ptolomeo II. Es el segundo más importante tras Karnak.

 
Pilono del Templo de Horus
 

Construido en piedra arenisca y edificado sobre un montículo natural de arena y rocas en medio de la llanura y uno de los más grandes con 137m de longitud y 79 de anchura. El pilono de entrada, con 34m de altura muestra a Ptolomeo XII golpeando a sus enemigos ante la atenta mirada del dios Horus.
 
Restos de un incendio
 
También es posible ver inscripciones narran historias mitológicas sobre Horus e Isis y sobre el asesinato de Osiris a manos de su hermano Seth
 
Patio del templo

Se cree que dentro del Templo de Edfu existía un laboratorio donde se experimentaban diferentes fórmulas para la creación de ungüentos y esencias que después tomaron los franceses para inspirarse en sus famosos perfumes.
 
Después de la visita, a media mañana, volvemos al barco y seguimos navegando rumbo sur. Próxima parada Kom Ombo. Comemos y hasta las 17h tenemos libre. El barco ofrece café y té gratis con pastas entre las 16:30 y las 17h en cubierta. El café es aguachirri, pero algo es algo.
 
Desde el embarcadero hasta el Templo de Kom Ombo vamos caminando, es un pequeño paseo y nos viene bien estirar las piernas.
 
Entrada al Templo
El templo de Kom Ombo es uno de los más famosos de Egipto porque es completamente simétrico. Cuenta con dos entradas, dos salas hipóstilas -cubiertas sostenidas por columnas- y dos santuarios. Esto es debido a que el templo está dedicado a dos dioses distintos: Horus y Sobek (dios con cabeza de cocodrilo y cuerpo humano). Aunque en muchos sentidos es un templo doble, cuenta con varias salas y recintos de uso común.

El templo se comenzó a construir en el siglo II a.C., durante la dinastía ptolemaica, y se añadieron distintos elementos durante la dominación romana. Por ello, se encuentran muchas reminiscencias del estilo grecorromano en su arquitectura.
  
El Templo de Kom Ombo no solo estuvo destinado a la adoración de los dioses y como espacio para rezar. También fue usado para enseñar el arte de la momificación y diversas técnicas de medicina.
Calendario egipcio


A pocos pasos del templo de Kom Ombo, está el Museo del Cocodrilo, la entrada es gratuita junto con la del templo. Y se pueden ver varias momias de cocodrilos muy bien conservadas.

Llegamos al atardecer y el color de la piedra del templo reluce con los últimos rayos del sol. Hay unas vistas increíbles a la ciudad y al río.
 
Patio

Me gustó mucho este templo. Además de su buena conservación, se podían apreciar perfectamente sus inscripciones y grabados con las distintas escenas de Horus y Sobek. Además, fue la única visita que hicimos por la tarde y ya no apretaba tanto el calor.
 
Templo al atardecer

De vuelta al barco, solo quedaba ducharse y prepararse para la cena y la fiesta de disfraces. Una cervecita y a disfrutar del buen buffet que era mucho más completo en la cena que en el almuerzo.

Hay bebidas en el barco. La cerveza pequeña costaba al cambio 7€ y la grande casi 9€. También había vino y lo necesario para tomar cubatas. El alcohol es caro. Durante el viaje no se paga, sino que apuntan las consumiciones en una hoja y se liquida al final del viaje. ¡¡Un buen sistema para no saber cuánto estás gastando!!😐

Barcos de turistas copan el Nilo
 
Comienzan a verse los primeros disfraces. La mayoría de mujeres, los hombres no tanto. Aquí los únicos valientes del grupo:
Un sultán, una faraona y un califa
 
Después de cenar, nos vamos al Lounge (es decir, al bar) y enseguida empieza a escucharse música latina, los primeros dancers abren paso en la pista de baile...La gente es tímida, hasta que empiezan a sonar ritmos árabes y tres turistas comienzan a bailar, pero muy bien. Así que otras tantas nos apuntamos e intentamos seguir el ritmo. Movemos el esqueleto. Se hace lo que se puede. Continúa el repertorio latino (Ricky Martín, la Macarena y esa música que exportamos al mundo) y la noche va pasando muy agradablemente.

Algunos nos quedamos a ver la Champions y con dudas de si ir a dormir o continuar despiertos hasta las 2am, hora en que la campana sonaba para coger el bus e ir hasta Abú Simbel. Palabras mayores.

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