Salimos pronto del barco, as usual y nos están esperando unas calesas para hacer el recorrido hasta el templo. Hay que dar de comer a los locales y también dotar al turista de recuerdos inolvidables.
2 turistas despistadas |
Aunque el personal (chofer, camareros, guías, etc) está incluido en la propina de 75€ que tenemos que pagar y nuestro guía reparte, lo cierto es que cualquiera que se acerca a nosotras, pide propina. Como el cochero de la calesa que, a cambio de hacernos fotos o ponernos el pañuelo, estira la mano para cazar algún euro.
El Templo de Horus es una edificación muy bien conservada (la mejor de Egipto) y bonito. Fue dedicado al dios halcón Horus, en el año 237 aC, por Ptolomeo II. Es el segundo más importante tras Karnak.
Construido
en piedra arenisca y edificado sobre un montículo natural de arena y
rocas en medio de la llanura y uno de los más grandes con 137m de
longitud y 79 de anchura. El pilono de entrada, con 34m de altura
muestra a Ptolomeo XII golpeando a sus enemigos ante la atenta mirada del dios Horus.
También es posible ver inscripciones narran historias mitológicas
sobre Horus e Isis y sobre el asesinato de Osiris a manos de su hermano
Seth.
Se cree que dentro del Templo de Edfu existía un laboratorio
donde se experimentaban diferentes fórmulas para la creación de
ungüentos y esencias que después tomaron los franceses para inspirarse
en sus famosos perfumes.
Después de la visita, a media mañana, volvemos al barco y seguimos navegando rumbo sur. Próxima parada Kom Ombo. Comemos y hasta las 17h tenemos libre. El barco ofrece café y té gratis con pastas entre las 16:30 y las 17h en cubierta. El café es aguachirri, pero algo es algo.
Desde el embarcadero hasta el Templo de Kom Ombo vamos caminando, es un pequeño paseo y nos viene bien estirar las piernas.
Entrada al Templo |
El templo se comenzó a
construir en el siglo II a.C., durante la dinastía ptolemaica, y se
añadieron distintos elementos durante la dominación romana. Por ello,
se encuentran muchas reminiscencias del estilo grecorromano en su arquitectura.
El Templo de Kom Ombo no solo estuvo destinado a la adoración de los dioses y como espacio para rezar. También fue usado para enseñar el arte de la momificación y diversas técnicas de medicina.
A pocos pasos del templo de Kom Ombo, está el Museo del Cocodrilo, la entrada es gratuita junto con la del templo. Y se pueden ver varias momias de cocodrilos muy bien conservadas.
Llegamos al atardecer y el color de la piedra del templo reluce con los últimos rayos del sol. Hay unas vistas increíbles a la ciudad y al río.
Me gustó mucho este templo. Además de su buena conservación, se podían apreciar perfectamente sus inscripciones y grabados con las distintas escenas de Horus y Sobek. Además, fue la única visita que hicimos por la tarde y ya no apretaba tanto el calor.
De vuelta al barco, solo quedaba ducharse y prepararse para la cena y la fiesta de disfraces. Una cervecita y a disfrutar del buen buffet que era mucho más completo en la cena que en el almuerzo.
Hay bebidas en el barco. La cerveza pequeña costaba al cambio 7€ y la grande casi 9€. También había vino y lo necesario para tomar cubatas. El alcohol es caro. Durante el viaje no se paga, sino que apuntan las consumiciones en una hoja y se liquida al final del viaje. ¡¡Un buen sistema para no saber cuánto estás gastando!!😐
Comienzan a verse los primeros disfraces. La mayoría de mujeres, los hombres no tanto. Aquí los únicos valientes del grupo:
Después de cenar, nos vamos al Lounge (es decir, al bar) y enseguida empieza a escucharse música latina, los primeros dancers abren paso en la pista de baile...La gente es tímida, hasta que empiezan a sonar ritmos árabes y tres turistas comienzan a bailar, pero muy bien. Así que otras tantas nos apuntamos e intentamos seguir el ritmo. Movemos el esqueleto. Se hace lo que se puede. Continúa el repertorio latino (Ricky Martín, la Macarena y esa música que exportamos al mundo) y la noche va pasando muy agradablemente.
Algunos nos quedamos a ver la Champions y con dudas de si ir a dormir o continuar despiertos hasta las 2am, hora en que la campana sonaba para coger el bus e ir hasta Abú Simbel. Palabras mayores.
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