Y llegó la sorpresa del viaje. No lo teníamos contratado y era una excursión complementaria junto con la del jueves, pero fue de lo más bonito del viaje.
El día comenzaba con un buen madrugón, si no estás en Egipto y madrugas, vas por libre. Teníamos que dejar la maleta preparada porque ya no teníamos acceso a la habitación de regreso y el plan incluía un paseo por una embarcación nubia a vela por el Nilo (media horita de reloj de costa a costa y tiro porque me toca).
Aunque después vendría lo guapo: un barco navegando hacia el sur de Asuán para llevarnos a un poblado nubio.
La excursión incluía un bañito (optativo) en el río (cuasi) sagrado del Nilo, así que algun@s hicimos una inmersión (porsiacaso) en las frías aguas del rio (como el Cantábrico) y aunque era temprano, secamos al sol mientras nos ofrecían cientos de objetos nubios en la orilla.
Después teníamos una visita a una casa típica nubia donde nos iban a ofrecer comida típica nubia, juegos infantiles con cocodrilos y tatuajes de henna. Yo me escabullí y preferí darme un paseo por el poblado, que era precioso y tomar un café con la pareja del momento, por libre.
A continuación nos llevaron al colegio del poblado donde un amable profesor nos hizo leer el abecedario árabe y nubio, letra por letra.
El sitio espectacular y la experiencia muy divertida. Me habría quedado toda la mañana aprendiendo un poco.
Para terminar, la visita incluía un paseo hasta el mirador. Para lo cual, pusieron a nuestra disposición unas motocicletas con unos carros a remolque, porque si no estás en Egipto y vives nuevas experiencias, no es lo mismo. Tragamos polvo a cascoporro, pero las vistas merecían muy mucho la pena. Para muestra, un botón.
El contraste entre el desierto y la orilla fértil, es increíble. Egipto.
Volvemos de regreso. El recorrido es el mismo, disfrutamos del silencio, del canto de los pájaros, del navegar sereno de la embarcación y la pericia del capitán.
Para terminar la mañana, nos llevan a una tienda de esencias y perfumes. Con un (breve) masaje gratuito. Volvemos al barco para la comida y descanso hasta las 17:30h donde salimos al aeropuerto. Nos espera un vuelo Asuán-El Cairo sobre las 20h.
Así que después de una última sesión de piscina y relajación total en la cubierta del crucero, dejamos con mucho pesar, aunque también con mucha expectación, el barco, en dirección a la gran capital y al último trecho del viaje.
Piscina con vistas |
En el aeropuerto de Asuán, vuelo interno, las mujeres entran por una puerta diferente al de los hombres. Control de seguridad incluido. Luego, ya podemos respirar todos el mismo aire compartido.
Una vez llegados a El Cairo, el coordinador del touroperador nos recoge en el minibús. Llegamos al hotel Tolipa, muy cerca del aeropuerto y nos dan las habitaciones. A nosotras nos toca la Suite Presidencial. Son las 12 y media de la noche. Al día siguiente, nos recogen a las 7:15 de la mañana.
Llega el gran día. La visita a las pirámides👐👐👐
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