25 nov 2019

Colombia: ruta y primeras horas

Mural en Cartagena




Iniciamos el viaje a Colombia con mucha ilusión por descubrir este país con tan mala imagen en el pasado, pero con mucho por descubrir gracias a su biodiversidad y a la famosa amabilidad de sus gentes.







El recorrido que teníamos en mente, para 18 días, era el siguiente:


Día 1: Bogotá
Día 2: Viaje a Neiva-Villavieja
Día 3: Desierto de Tatacoa
Día 4: Viaje a Armenia  y visita a Hacienda Cafetera
Día 5: Salento
Día 6: Valle de Cocora y Filandia
Día 7: Guatapé y Piedra del Peñol
Día 8: Medellín
Día 9: Viaje a Cartagena de Indias
Día 10: Cartagena
Día 11: Excursión a Volcán del Totumo
Día 12: Excursión a Isla de Palma
Día 13: Viaje a Santa Marta
Día 14: Parque Tayrona
Día 15: Viaje a Palomino
Día 16: Palomino y visita a tribu indígena
Día 17: Viaje a Riohacha
Día 18: Regreso a Madrid

Al llegar a Bogotá nos dirigimos al hotel. El aeropuerto está muy cerca de la ciudad y por 20.000 COP tomamos un taxi.

Producto colombiano
Al día siguiente teníamos que coger un autobús dirección Neiva. La empresa se llama Coopetran y los buses son cómodos y baratos.Era viernes y fin de semana largo, así que pillamos atasco y las, a priori, cinco horas en llegar se convirtieron en casi 7h!!

Una vez en Neiva (Departamento de Huila), nuestro destino final era Villavieja por lo que en la estación de autobuses preguntamos y nos dijeron que a cada rato salían pequeños "colectivos" y que había que estar atentas.

Café de Colombia
Así fue, apenas nos dió tiempo a comprar algo de comida y ya estábamos subiendo al auto. Más que un autobús era una ranchera vieja. Si tienes suerte y coges sitio junto al conductor o en los asientos traseros, perfecto. Nosotras, viajeras sin experiencia en ese momento, tardamos en subir y nos tocó viajar en la parte trasera de la ranchera en unos bancos y sin toldo, disfrutando del airecito, la contaminación y viendo anochecer.

Cactus en Tatacoa
Tras unos 50 minutos de viaje, por fin llegamos a Villavieja, pequeño pueblecito donde nos alojamos en un triste y cutre hotelito porque no encontramos nada mejor. Resulta que ese finde había un maratón por el desierto y el pueblo estaba al completo.

Al atardecer nos acercamos al desierto para ver las estrellas. ¡¡Qué mejor que un sitio sin contaminación lumínica!!

Existen dos lugares: el Observatorio Astronómico y un guía local, llamado Javier Fernando Rúa, cuesta 10.000COP y merece la pena, vimos a través del telescopio a Saturno y la Luna.

Al día siguiente, teníamos que madrugar para hacer una ruta por el Desierto antes de que el calor pegase fuerte.

Sequía en el desierto



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